jueves, 2 de febrero de 2012

Vale que no estoy exento de susceptibilidad; más aún viendo, leyendo, sintiendo y sufriendo, como todo hijo de vecino, ésta intempestuosa ola de frío que nos mantiene en vilo.  Llamadme loco, pero ésta tarde-noche volviendo a casa por la autovía, en una de ésas que miraba por el retrovisor, hubiese jurado que el coche de detrás lo conducía un Oso Polar!.  Vale que ya era de noche, y de noche todos los osos son pardos, de ahí mi sorpresa.  Qué cosas!.  En fin, abrigaos bien, pero sin llegar a perder la movilidad, que seguro la necesitaréis.  Buenas nochess..



Grauzone - Eisbeaer

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