martes, 17 de septiembre de 2013

No soy culpable,
ni si quiera tuve elección.

Nadie me preguntó.
Tal vez por ser valiente,
por ser lo que soy,
fué que aquello sucedió.

Recuerdo el miedo.
Un miedo atroz únicamente
por el dolor de mis heridas anestesiado

Jamás sentí odio, no guardo ningún rencor,
sólo sé que nada entendía y de repente, desangrándome,
corrí para salvar mi vida.

Desconozco porqué aquella gente me perseguía.
Supe, sentí, que era matarme lo que querían.

Sólo la muerte borrará de mi memoria aquella mirada.
La del caballo que a su espalda
 sostenía al que provocó mi última herida,
la que puso fin al dolor.
Más esperada diría, que temida.

Nunca entenderé mas ya no importa porque ahora,
al amparo de esta muerte,
nada temo y ya el dolor ha desaparecido.

Lo que mantiene intacto mi orgullo
y da a mi muerte el valor que demostré,
es que cada vez que mis pasos detenía
y para luchar por mi vida plantando cara me revolvía,
un miedo infinitamente más grande que el mío,
fué lo que en los ojos de aquellos hombres contemplé.

Buenas nochess..


Massive Attack - Angel

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